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Madridejos . .TRADICIONES
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El real de ataeros |
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Ignoro
cuantos años puede hacer cuando fue esta costumbre-obligación establecida,
pero lo que si se es que ha desaparecido no hace muchos años, para
buenaventura de sus implicados.
Se trataba de que si alguna persona, en la
mayoría de las veces joven, venía a este pueblo y se hacía novio con
alguna muchacha aquí avecindada, en cuanto se enteraba alguna cuadrilla de
amigos de los de aquí, que muchas veces era por algún chivatazo dado por
su propio hermano de la novia u otro familiar, enseguida cualquier día de
los que venía a platicar (hablar) con su prometida, le ponían unas
condiciones a cumplir como si se tratara de haber sido condenado en algún
juicio, consistente en ser castigado a pagar "el real de ataeros".
Le aclaraban en qué consistía este
impuesto, y si se negaba a cumplirlo, entonces le prohibían el seguir
hablando con su novia, porque se ponían presentes junto a la pareja y no
los dejaban solos en ningún momento. Este era un razonamiento demasiado
duro para convencer a cualquiera, que no tenía más remedio que abdicar.
Este REAL consistía en que tenía que
pagar una cantidad en dinero, para hacerse una "merendona" o por lo menos
una buena convidada de bebida y aperitivos, Ni que decir tiene, que antes
de llegar a cerrar el trato de la cantidad definitiva, tenían que estar en
un tira y afloja (regateando), pues el que entregaba el dinero le parecía
mucho, y los que lo recibían les parecía poco. Puestos ya de acuerdo, él
solía acompañar a los demás para tomar parte de la "juerga" que
organizaban.
Ahora quedaba un segundo peligro, el
que otra cuadrilla no estuviera enterada de haber pagado el REAL, y fueran
ellos a cobrarle. Para ello, el pagador había preguntado los nombres y
motes de uno de ellos de los primeros, para que le sirvieran como
testigos, o si no hacían un mal papel escrito que lo testificara, aunque
aquí en los pueblos se entera uno pronto de lo ocurrido. Siempre el
ganador es el primero que se enteraba, que sin gastar tiempo iba a
cobrarlo por si se adelantaban otros antes y se quedaban ellos "con la
miel en los labios" (sin cobrar nada). No era un impuesto establecido por
Hacienda, pero sí se respetaba y se cumplía a la perfección.
Y hay queda eso, el que quería peces,
que se mojara el culete. |
TRADICIONES ...
de antaño y de hogaño Por José Moreno Rosell
1915-1996 |
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TRADICIONES y COSTUMBRES
Aula de Mayores - Centro de Servicios Sociales 2001-2 |
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Actualización
15-07-2010
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